Pregúntale a cualquier persona y seguro la mayoría te dirá que les gustaría tener más tiempo. Todos sentimos lo mismo en un nivel instintivo: no estamos haciendo suficiente. Ser productivos es una lucha constante, especialmente en el denominado “trabajo del conocimiento”, donde la concentración es esencial y las distracciones acechan a cada paso. Estos son cuatro hábitos y tácticas simples que pueden ayudar a tus colaboradores a mejorar su productividad de una manera significativa.
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Evitar el multitasking. Perjudica la productividad.
Por alguna razón, a pesar de las décadas de investigación que señalan lo contrario, mucha gente sigue bajo la impresión de que realizar varias tareas a la vez es efectivo (no lo es) y que son expertos en ello (no lo son). El multitasking, o “alternar tareas” como lo llaman los psicólogos, es en realidad un asesino de la productividad y un síntoma de una sobrecarga general de información en el lugar de trabajo.
Cada vez que alguien cambia de una tarea a otra, su productividad se ve afectada. Cuanto más complejas sean las tareas, más tiempo toma retomar el ritmo después del cambio. Todos queremos sacar más provecho de nuestro día a día, pero cuando hacemos varias tareas a la vez, en realidad estamos perdiendo el tiempo que podríamos invertir mejor en centrar toda nuestra atención en una sola cosa a la vez.
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Tomar descansos breves cada 30 minutos
La productividad máxima no se alcanza sentándote frente a una pantalla y trabajando sin parar. La investigación muestra que las personas solo pueden mantener un buen rendimiento durante unos 30 minutos en las tareas visuales. Una vez que pasamos esa marca, nuestra productividad comienza a disminuir.
Sin embargo, los estudios también demuestran que incluso un receso breve basta para “recargar” nuestro cerebro lo suficiente como para volver a nuestro nivel de rendimiento anterior. Por lo tanto, tomar recesos para salir a caminar un poco o hacer una meditación guiada es un recurso que los colaboradores pueden aprovechar para mejorar su rendimiento.
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Hacer ejercicio regularmente
Es difícil hacer las cosas cuando uno está cansado todo el tiempo. Tu primer impulso podría ser ir directo a la fuente más cercana de cafeína. Pero cada vez más investigaciones demuestran que el ejercicio, incluso si es de intensidad leve o moderada, puede reducir significativamente la fatiga. Sentirse mejor no es el único beneficio: la investigación también muestra que el ejercicio se asocia con una mayor calidad del trabajo y un mejor rendimiento en general.
El ejercicio regular también tiene muchos beneficios cognitivos, por ejemplo, mejora la concentración, beneficia la memoria más aguda y permite aprender más rápidamente. Los científicos creen que unos 30 minutos de ejercicio de ligero a moderado al día es la cantidad idónea para que la mayoría de las personas estén en su mejor nivel de rendimiento, pero incluso 10 minutos al día pueden tener un impacto significativo en la productividad de los colaboradores.
Toma medidas
En un momento en que tantas personas están agotadas y sobrecargadas de trabajo, incluso una sola de estas acciones podría darle a cualquiera de tus colaboradores una inyección muy necesaria de energía, productividad y calidad de vida.